El presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, ha iniciado una reestructuración profunda en su gabinete tras detectar deficiencias significativas en el desempeño de varias áreas clave. Diez directores y contralores de dependencias municipales fueron relevados de sus cargos como parte de una estrategia para reforzar la eficiencia del gobierno local en esta etapa de su segundo mandato.
Los cambios obedecen a una evaluación semestral realizada por el Cabildo, donde se identificó que varios funcionarios no cumplieron con los estándares de trabajo y resultados esperados. El alcalde fue enfático al señalar que estos ajustes no responden a diferencias personales, sino al compromiso de mejorar la administración municipal y responder a las demandas ciudadanas.
Las áreas que experimentarán cambios incluyen Obras Públicas, la Consejería Jurídica, la Contraloría y otras direcciones estratégicas. Aunque aún no se han dado a conocer los nombres de los nuevos titulares, se adelantó que se elegirán perfiles con trayectoria técnica comprobada y alto sentido de responsabilidad pública.
Urióstegui explicó que algunos de los funcionarios removidos presentaron su renuncia, mientras que otros fueron separados del cargo por decisión administrativa. En todos los casos, la medida tiene como objetivo acelerar el cumplimiento de metas prioritarias como obra pública, servicios municipales y eficiencia operativa.
El presidente municipal hizo un llamado a su equipo de trabajo para redoblar esfuerzos y mantener la cercanía con la ciudadanía. Aseguró que esta etapa será clave para consolidar proyectos de alto impacto que están en curso y fortalecer la confianza en el gobierno de Cuernavaca.
Con estos ajustes, la administración busca establecer una nueva dinámica de trabajo basada en resultados, responsabilidad y disciplina institucional. La renovación del gabinete marca una línea clara de exigencia y compromiso rumbo al cierre del trienio.